GRITOS MOLESTOS

 
            “Que se vayan todos”, “Devuelvan a los nietos”, "Justicia por Axel” y otros víctimas de la violencia, son apenas algunas de las consignas que ganan las calles en los últimos años. Escraches, cortes de ruta... La calle grita y molesta en una rutina de expresiones que parecen sumarse cada vez más.

            En este panorama es fácil caer en el simple pensamiento de un “país en caos”, en el que el clamor popular no tiene sentido y aporta confusión y desorden que impiden el crecimiento en todos los sentidos de un País.

            En la otra vereda la lectura puede ser muy diferente: el pueblo participa, se preocupa y ocupa, da a conocer sus opiniones respecto a lo que considera es de su interés. Tal vez un intento de popularizar la democracia.

            Sumidos en el contexto mundial La Argentina vaya si está en orden y en paz. Aquellos que fueron a buscar su lugar en “el primer mundo” se repatrían de alguna manera. Es interesante también ver argentinos bien instalados en Miami o España que vienen por algunos meses para “operarse” por el bajo o nulo costo.

VALENCIA, mayo 2011 la crisis del modelo económico impone un contexto mundial con imágenes similares.

            Salud y educación gratuitas son hoy un “lujo sudaca”, con profesionales de primera categoría, que valorados o no, a través de sangre sudor y lágrimas si se quiere, brindan un servicio que en otras partes del mundo es impensable sin desembolsar un buen billetín.

            La democracia enfrenta un cambio de paradigma en todos los sentidos. Los viejos esquemas políticos con partidos que delinean acciones tras determinadas ideas perdieron la fortaleza y credibilidad de antaño. Las elecciones se ganan por campañas de márqueting y no por discursos ni propuestas.

            Sin bozal las bocas hablan. Un gobierno que surge para contener el “que se vayan todos” se formula con una marcada tendencia a la libertad de expresiones. Con la osadía de sostenerlo en el tiempo da lugar a estos “ruidos molestos”. Es difícil convivir con el clamor de la “plebe”, sobre todo cuando piensa y da a conocer eso que ya no calla. Que encuentra los espacios para construir un cambio sin convenios políticos que lo desvíen o trunquen.

            Y esos “gritos” llegan donde la justicia es lenta y “escrachan” a quienes se escurrieron de pagar sus culpas y hacen ruido por todos lados y hasta pueden convertirse en verdaderos aullidos insoportables ... y ... y...aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaturdennnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnn.

            Esos atrevidos sin reglas esgrimen aquellas expresiones que en otros tiempos se lograron silenciar con la fuerza, el corrupto ejercicio del poder, la invasión cultural, entre otras yerbas. Se les dio vuelta la taba y hasta la tecnología está al servicio de la comunicación sin control, sin tapujos. Se desmadraron sin armas, ahora analizan, juzgan y condenan... habrá que cuidarse.
            Las voces hoy ya no se pueden callar ¡que molestas!

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