Poder por Poder en La Argentina Hoy (Ch.Z.)
Por estos días en La Argentina se teje y desteje
diferentes “alianzas” en pos de un objetivo: alcanzar el Poder. Ese que el
modernismo eligió en los términos democráticos “el pueblo no gobierna ni
delibera sino por medio de sus representantes” (art 22 Constitución Nacional
Arg).
Las bases ideológicas dejaron de ser protagonistas hace
tiempo, algunos marcan la caída del muro como el quiebre. El neoliberalismo
desarrolló un vale todo que necesita del “olvido” para convivir. Una especie de
borrón y cuenta nueva de cualquier altercado, como definen algunos: “las
disputas en política prescriben a los seis meses”.
No existen los “irreconciliables” lo que hoy es blanco
mañana puede transformarse en el opuesto cromático. Todo en nombre del fin último:
El Poder.
Esta semana las campañas dejaron a un lado a sus
representados para dirimir en los medios de comunicación quién tiene la
capacidad de doblegar/sumar de uno u otro lado. Discusiones internas que por algún
motivo sociopolítico decidieron hacerlas públicas. Enviar mensajes mediáticos a
quién, con qué objetivo.
Al votante sólo le provoca un hartazgo lógico, más que
obvio. Hoy el antes contemplado como “cuarto poder” resulta tan repulsivo como
aburrido y muy pocos ven los noticieros. Los programas informativos intentan
generar interés con artilugios artísticos, ironías propias de la comedia que no
terminan de captar la atención más que por pequeños instantes con algún
exabrupto.
El
rating lo lideran figuras despampanantes como Javier Milei que apelan al show
de excentricidades escupidas en un sin sentido con frases identitarias de ese
asqueo del público que logran captar su interés en el zaping desprevenido.
"Que vos pienses
que los políticos te cuiden es como poner a tus hijos en manos de un
pedófilo". "En 50 años la Argentina va a ser la villa miseria más
grande del mundo”. “El impuesto es un robo que se paga de manera
violenta". Entre otros improperios que generan identificación en la
desventura de la angustia de los mortales de este milenio. Totalmente desprovistos
de soluciones que conlleven a una realidad diferente. La dolarización por
ejemplo, que es una de sus propuestas, por el contrario genera una profundización
más radical a la miseria del pueblo argentino.
Pero queda. Se impregna
en el inconsciente. Usa el lenguaje de las redes sociales: frases cortas, impactantes
y afirmativas. Con una fuerte puesta en escena del marco económico necesario, su
presencia es resultado de una importante inversión, como toda campaña.
¿Qué está faltando? A
unos el enemigo a quien hacerle oposición. El paso a un costado de Cristina Fernández
provocó este vacío a la derecha más radical. A otros la falta de un Caudillo
traccionador de votos. La fórmula tradicional de La Argentina: un porteño con
la suma de los contactos empresariales citadinos con influencias de apoyo económico
externo, más la popularidad de alguna figura del interior simpática factible de
doblegar para cumplir los compromisos de campaña (con el poder económico, el Poder
Real), entró en crisis.
En el sur surgió la
solución a la crisis del 2001 con un primer gobierno K conciliador. Que luego
creció y logró generar poder y apoyo popular en la figura hoy endemoniada de
Cristina. ¿Habrá posibilidades de girar esta vez al norte? Gerardo Morales
desde la UCR busca esa oportunidad ¿tendrá su Duhalde que le permita llegar?
Hoy parece ser la estrategia
evitar mostrar todas las cartas con demasiada anticipación para evadir la contraofensiva.
Esas batallas de desprestigios, causas judiciales que se usan en las llamadas “campañas
sucias”, las más fáciles de programar.
Tampoco pueden
definirse a través de las encuestas, tan fluctuantes como lo efímero de lo
milenial. La falta de certezas generó este panorama donde las coaliciones se
reagrupen y recurran a los medios de comunicación masiva para “medir” las
tendencias.
Mientras tanto, a siete
días del cierre de inscripción de alianzas, los votantes, los representados
miran atónitos las góndolas, los medicamentos, la vida que cada vez les cuesta
más.
Ya hay algunos spots
que apelan a estas falencias para generar en la emotividad una intención de
votos. Un pacto social que requiere sin dudas replantear verdades, de una buena
vez, con miradas a lo “importante”: el Pueblo.
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